Hoy avanzamos un poco más. Nos atreveremos con un plato igual de fácil que los anteriores pero que da un poco más de trabajo (solo un poco). Así que no seáis vagos y poneros las pilas que vamos a por un plato rico, rico.
Pelamos y lavamos las patatas, las cortamos en lonchas de 1 cm. Las salamos ligeramente y las pasamos por harina y huevo. En una sartén con aceite de oliva las freímos un poco. Solo hasta que el rebozado se dore. Las reservamos.
La foto no refleja la realidad. Está más rico de lo que parece |
Hoy usaremos el mortero. Majamos aquí los dientes de ajo con un poco (2 puñaditos) de sal gorda.
Ponemos las patatas en una cazuela al fuego, echamos la salsa y el majado y, si no tiene suficiente agua, le añadiremos la necesaria hasta cubrir las patatas. Ya solo falta dejarlo al fuego (lento) durante 25 minutos.
Cuando haya terminado de cocer es el momento de rectificar de sal (si es necesario) y espolvorear con el perejil picado.
Ya está listo. Ahora os preguntaréis como se come. Pues es un buen plato para comerlo solo o si queréis que os sirva de segundo freís unos huevos aparte y se los ponéis por encima. De verdad, rico, rico.