Hola a todos

Comienzo hoy una nueva etapa de mi vida. Al menos tengo un nuevo objetivo y este no es más que el de crear un espacio en el que los torpes como yo tengan cabida. ¿En dónde? En la cocina.
Algunos estáis pensando que el espacio está ahí y solo hay que ocuparlo pero, para otros, esto no es tan fácil como parece. Para ellos es este blog (bueno, es para todos pero especialmente para los que la cocina es un lugar poco frecuentrado). Para que vean que con un poco de valor el enfrentarse a los fogones no es una guerra perdida. Es, más bien, ganada. Con poco tiempo, con mucha paciencia y, sobre todo, con ganas, se consiguen grandes platos y grandes elogios que te animarán a seguir adelante. Porque comer es importante, pero que te digan que bien te ha salido corona al más modesto (que me lo digan a mi).
Bueno, sin más rodeos, vamos a por ello

jueves, 29 de noviembre de 2012

Pollo a la pimienta verde

INGREDIENTES (4 personas): 1 pechuga de pollo fileteada, 1 vaso de vino blanco, 3 ajos, 1/2 pastilla de caldo de carne, mantequilla, harina, sal y pimienta verde.

Es lo que tiene el pollo, que es agradecido. Un par de ingredientes que le eches (con cariño, eso si) y consigues un plato fenomenal. Es por ello que hoy vamos con otro plato de esta ave. Como no, sin desmasiadas complicaciones.
Picamos los ajos lo más pequeños posibles. Los echamos a las pechugas y ponemos éstas en una fuente con el vaso de vino blanco. Las dejamos macerar ahí sobre una hora (si tenéis menos tiempo, menos, y si vais bien de reloj las dejas "hundidas" en el vino. Eso nunca viene mal). Mientras, podemos poner en el microondas una taza con agua y la media pastilla de caldo de carne. La calentamos y deshacemos la pastilla. Reservamos.
Hoy en vez de aceite usamos mantequilla. Ponemos tres cucharadas soperas en una sartén a calentar. Cuando ya se haya convertido en líquido le ponemos tres cucharadas de harina (empezar por tres. Si hace falta más para espesar la salsa se las añadimos más tarde). Removemos con una cuchara de madera y, cuando esté todo bien "ligado", le añadimos el líquido de las pechugas que estaban macerando. Removemos de nuevo hasta obtener una salsa más bien espesa (añadir un poco más de harina si está demasiado líquida). Vale, ya está lo más difícil. Increíble, verdad. Ahora sólo tenemos que añadir las pechugas, 1 cucharadita (de las pequeñitas de café) de pimienta verde, sal y un poco del caldo de carne. Dejamos tapado, a fuego lento, unos 20 minutos. Probamos y rectificamos de sal (casi siempre hay que añadirle un poco más). Servimos y a la mesa. Yo suelo acompañarlo de arroz blanco, una receta, por cierto, que tengo que poner uno de estos días, ya que no todo el mundo tiene porque saber como se hace el arroz.

2 comentarios:

  1. ...mira! en lo del arroz tienes mucha razón!!...el domingo hago esta, a ver qué pasa....bs

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  2. Ya me contarás como te sale. Ya verás como te gusta

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