Hola a todos

Comienzo hoy una nueva etapa de mi vida. Al menos tengo un nuevo objetivo y este no es más que el de crear un espacio en el que los torpes como yo tengan cabida. ¿En dónde? En la cocina.
Algunos estáis pensando que el espacio está ahí y solo hay que ocuparlo pero, para otros, esto no es tan fácil como parece. Para ellos es este blog (bueno, es para todos pero especialmente para los que la cocina es un lugar poco frecuentrado). Para que vean que con un poco de valor el enfrentarse a los fogones no es una guerra perdida. Es, más bien, ganada. Con poco tiempo, con mucha paciencia y, sobre todo, con ganas, se consiguen grandes platos y grandes elogios que te animarán a seguir adelante. Porque comer es importante, pero que te digan que bien te ha salido corona al más modesto (que me lo digan a mi).
Bueno, sin más rodeos, vamos a por ello

lunes, 3 de diciembre de 2012

Tarta de café

INGREDIENTES: 1 litro de nata líquida, café, azúcar, flan royal, caramelo líquido.

Hace unas semanas os comentaba que me negaba a hacer postres. Aún así publiqué una receta y, como donde dije digo digo Diego, hoy traigo al blog otra propuesta. Parece que falto a mi palabra, ya que en unos pocos días hago dos postres. Pues si, pero lo hago porque este es más fácil  que el otro y, de verdad, aún no he encontrado nadie que me haya dicho que no le gustaba.
Le llamo tarta de café, pero en realidad es un flan de café. Pero el nombre es lo de menos. Con lo rico que está...
1) Ponemos una capa de caramelo líquido en una bandeja de cristal (en el flan royal de 8 raciones viene un sobre de caramelo líquido. Ese llega si los esparcimos bien por todo el fondo).
2) Ponemos al fuego una cazuela con nata líquida. Yo la caliento poco a poco. Echo un poco de nata y un poco del flan en polvo. Voy removiendo. Así hasta que caliente el litro y disuelvo todo el sobre. Se calienta bien pero sin llegar a ebullición.
3) 6 tazas de café (de las pequeñas, de las propias de café solo). Las incorporamos a la mezcla.
4) 5 cucharadas soperas de azúcar. También lo echamos a la mezcla y removemos bien.
5) Cuando todo esté bien mezclado, lo echamos a la bandeja con cuidado de no "arrasar" con el caramelo. En cuanto enfríe, lo metemos a la nevera.
Este es el primer postre que aprendí a hacer y lo repito muy a menudo. ¿Os imagináis el por qué?. Trabajo poquito y sabor excelente. Probadlo y ya me contaréis el resultado.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Pollo a la pimienta verde

INGREDIENTES (4 personas): 1 pechuga de pollo fileteada, 1 vaso de vino blanco, 3 ajos, 1/2 pastilla de caldo de carne, mantequilla, harina, sal y pimienta verde.

Es lo que tiene el pollo, que es agradecido. Un par de ingredientes que le eches (con cariño, eso si) y consigues un plato fenomenal. Es por ello que hoy vamos con otro plato de esta ave. Como no, sin desmasiadas complicaciones.
Picamos los ajos lo más pequeños posibles. Los echamos a las pechugas y ponemos éstas en una fuente con el vaso de vino blanco. Las dejamos macerar ahí sobre una hora (si tenéis menos tiempo, menos, y si vais bien de reloj las dejas "hundidas" en el vino. Eso nunca viene mal). Mientras, podemos poner en el microondas una taza con agua y la media pastilla de caldo de carne. La calentamos y deshacemos la pastilla. Reservamos.
Hoy en vez de aceite usamos mantequilla. Ponemos tres cucharadas soperas en una sartén a calentar. Cuando ya se haya convertido en líquido le ponemos tres cucharadas de harina (empezar por tres. Si hace falta más para espesar la salsa se las añadimos más tarde). Removemos con una cuchara de madera y, cuando esté todo bien "ligado", le añadimos el líquido de las pechugas que estaban macerando. Removemos de nuevo hasta obtener una salsa más bien espesa (añadir un poco más de harina si está demasiado líquida). Vale, ya está lo más difícil. Increíble, verdad. Ahora sólo tenemos que añadir las pechugas, 1 cucharadita (de las pequeñitas de café) de pimienta verde, sal y un poco del caldo de carne. Dejamos tapado, a fuego lento, unos 20 minutos. Probamos y rectificamos de sal (casi siempre hay que añadirle un poco más). Servimos y a la mesa. Yo suelo acompañarlo de arroz blanco, una receta, por cierto, que tengo que poner uno de estos días, ya que no todo el mundo tiene porque saber como se hace el arroz.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Pollo con setas al vino blanco

INGREDIENTES (4 personas): 8 muslos de pollo, 500 gr. de setas, 2 cucharadas de mantequilla, 2 cucharadas de aceite de oliva, 1 vaso de vino blanco, sal y pimienta negra molida.

Después de varios días de ausencia debido a un pequeño "arreglo" físico vuelvo a una cocina que no pisé por imperativo legal. Como no podía ser de otra forma, los regresos tienen que hacerse lentamente, poco a poco y sin esfuerzos innecesarios. Es por ello (y por continuar con la filosofía del blog) que hoy trabajaremos con una sencilla receta.
En una cazuela grande (más bien ancha) calentamos la mantequilla y el aceite de oliva y freímos los muslos de pollo previamente salpimentados hasta que estén dorados. Seguidamente añadimos las setas (que antes hemos lavado) y las salteamos unos minutos. Por último echamos el vino blanco. ¿Algo más que hacer? Solo cocer a fuego lento durante unos 30 minutos, con la cazuela tapada y hasta que los muslos estén tiernos.
Ya está. Solo hay que rectificar de sal y quizás, cuando quitemos los muslos de pollo, observemos que la salsa no está lo suficientemente espesa. Algo que solucionamos dejándola reducir unos minutos más. Listo para comer. Yo la acompaño de arroz blanco, pero perfectamente puede servirse sin él o con cualquier otro acompañamiento. Siempre a gusto del comensal o consumidor.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Queique de Bea

INGREDIENTES: 1 yogur de limón, 3 vasitos de yogur (la medida) de harina, 2 vasitos (de yogur) de azucar, 1/2 vasito de aceite de girasol, 3 huevos, 1 sobre de levadura.

Si hay una cosa que me niego a hacer en la cocina son los postres. Siempre he considerado que es demasiado "curro" y una difícil elaboración para que, en pocos minutos, desaparezca del plato con un triste "está bueno". Por eso siempre he sido reticente, hasta que me enteré que también hay postres fáciles. No, no es mentira (yo pensé lo mismo). Los hay, existen y yo hago un par de ellos (gracias a magnánimos amigos) que de trabajo, poquito.
Hoy os traigo uno que no es exactamente un postre. Es, más bien, un fenomenal acompañante para el desayuno. Hasta aquí el preámbulo, ahora vamos con la receta que ocupará un par de líneas.
En un vaso grande de batidora se echan todos los ingredientes y se baten. Se pone la masa obtenida en un molde (engrasado con un poquito de mantequilla y con un poquito de harina) y al horno a 200º (yo pongo la bandeja en la ranura número 2). El tiempo es a ojo, más o menos 20 minutos, pero la mejor forma de saberlo es meterle un palillo cuando creas que está. Si sale seco es el momento de sacarlo y disfrutar con un café o con un licor café propio de nuestra zona (Ourense).